martes, 12 de febrero de 2013

El placer de viajar solo

Siempre me había llamado la atención Argentina y también me gusta el tango, así que en el último trimestre de 2006 decidí tomar un tour de siete días, tres días en Bariloche y cuatro días en Buenos Aires. Pregunté entre mis amigos y ninguno podía en la fecha planeada, eso no sería impedimento para hacer el viaje.

Llegué a Bariloche. No conozco Suiza pero según los lugareños es similar. Salí a dar una vuelta y me pareció un lugar tranquilo y pintoresco, desde ese momento me encantó.

Al día siguiente comenzaban los paseos. En la Van éramos cinco turistas, un señor, no recuerdo de donde y los venezolanos, una pareja de recién casados, una muchacha sola y yo. La chama y yo nos hicimos compañía durante los recorridos, fueron momentos muy gratos que duraron hasta las 3 de la tarde porque ella se regresaba a Venezuela, no hubo intercambio de teléfono, ni de correo; quizá ambos preferimos el anonimato en esas circunstancias.

Al otro día, Bariloche siguió superando mis expectativas, un lugar único que recomiendo visitar. Gratamente sorprendido con la amabilidad y los buenos comentarios de los argentinos hacia Venezuela. “¿De Venezuela? Sos encantadores, amamos a la Cathy Fulop, nos encanta como hablan” me decía una señora y luego me preguntaba ¿Venís solo? Y esa fue la pregunta recurrente del viaje.

Ya en Buenos Aires pude disfrutar de una ciudad con sabor europeo, lo poco que conocí, me gustó mucho, sobretodo la arquitectura y las variadas opciones de entretenimiento, compras y comidas que tiene la capital argentina.

El tour en Buenos Aires incluía una cena y show de Tango en el Restaurant El Querandihabía terminado la comida y estaba por empezar el espectáculo, al lado tengo una pareja de mexicanos, la chica me dice: ¿Disculpa el atrevimiento, pero tu viniste solo? Le respondo: no te preocupes, si vine solo. Ella lo ve a él y le dice: ves si venía solo, tu no te atreverías a viajar solo. El dice: no, la neta yo no me atrevería. Hay un silencio incomodo y luego ella me dice: Te admiro. Alzan sus copas deseando que disfrute el show, yo les respondo el gesto de igual forma.


Me imagino que como ellos, muchos piensan "Pobre pana, anda solo", pero como la sabiduría popular es bastante acertada, recuerdo el dicho “Mejor solo que mal acompañado”. Para pasarla bien no hay que estar siempre en compañía de otro, si uno está acostumbrado a estar mayormente solo como es mi caso, simplemente hay que buscar cosas que a uno le gusten sin necesidad de hacerlas con alguien más.

Viajar solo tiene sus ventajas:
  • No tienes que negociar qué hacer
  • Nadie te va a reclamar porque no saliste a determinada hora
  • Puedes quedarte en un sitio, museo, tienda el tiempo que quieras
  • No pasa nada si un día te quedas en el hotel echado sin salir
  • Te desinhibes y tienes valor para hacer cosas que en tu entorno natural no harías
  • Aumenta tu habilidad para tomar autofotos
Sin embargo, también tiene sus desventajas, pues no tienes con quien comentar lo bueno o lo malo de lo que estás viendo y no hay quien te ponga frenos cuando estés perdiendo las perspectivas.

Como dicen, viajar es una inversión y el conocer, caminar, contemplar y admirar otros destinos es un placer también si lo haces en solitario.

En mi flickr, algunas fotos del viaje en dos álbumes: Bariloche y Buenos Aires

¿Has viajado solo? Déjame tus comentarios

2 comentarios:

Unknown dijo...

Nos teníamos que conocer en el 2006.

Transeúnte de inframundos dijo...

Pero ya nos conocemos 😉