domingo, 7 de octubre de 2007

Historias con Buhoneros

Como dice mi amiga Lala no es lo que te pase si no delante de quien, y estas historias pasaron delante de mi…

La Cenicienta y su Príncipe Buhonero
Rosángela me pidió que la acompañara a comprar cigarros en el Pasaje Zing. Ese día ella vestía su particular combinación de rosados que incluía unos zapatos -rosados también- tipo sueco con la punta “pullua”.

Quien conoce a Rosángela sabe que ella es bastante despistada, quedó totalmente confirmado ese día cuando de regreso a la oficina más o menos a la mitad de la avenida Universidad un fuerte y continuo “siseo” hizo que volteáramos, un buhonero le dice: Mi cenicienta aquí tengo tu zapatilla, y es en ese momento cuando Rosángela se da cuenta que le faltaba uno de sus suecos, rápidamente agarró la zapatilla de su príncipe buhonero y se dio cuenta que había dado 5 o más pasos con el pie descalzo en el asfalto donde diariamente miles de personas caminan, escupen, orinan, botan basura y por donde pasan infinidad de carros y autobuses.

La Diosa del Centro
Mónica es llamativa, catira e imponente, bonita la muchacha.

Ese día salimos de la oficina, ella, Lala y yo y como siempre estábamos de mal humor, pero eso duro poco. En dirección contraria venía un buhonero que al ver a Mónica se detuvo, la detalló por un instante y embelesado exclamó: ¡La Diosa del Centro!

Eso nos causó mucha risa sobre todo porque nuestra imaginación empezó a trabajar y por ejemplo Lala se imaginó la estampita de la Diosa del Centro pero en vez de que Mónica estuviera sobre una Danta como Maria Lionza, pues al ser una deidad del centro debía estar sobre una rata.

Ese día seguimos nuestra vía, no sabemos cuánto estuvo el buhonero en estado de trance, pero le agradecemos por esos minutos de risa, por la cara de Mónica y por el sobrenombre.

4 comentarios:

Unknown dijo...

ajjjjjjajaajajajaajajaaj Muy bueno el cuento de Rosángela!! No me gustaría haber estado como dicen, en sus zapatos. No es vano dicen que el venezolano es capaz de reirse hasta de sus desgracias, cosa que no puede ser peor que esa no? caminar descalzo por el centro. Horribleeee. Celebro historias como éstas con risas y más historias, de esas donde se caen los ticket del Metro por las alcantarillas, de tener de mejor amigo al zapatero que nos arreglaba las sandalias, etc. Pero sobre todo celebro con todos los que nos hemos dado la oportunidad de reirnos aún en los momentos más inesperados.

Ness Liendo dijo...

Para morirse de la risa!!! un principe buhonero, jajaja....y la diosa del Centro, pobres mujeres, eso jamás se les olvidará, ni cuando estén en mesedoras rodeadas de nietos.

Gracias por compartir esta calamidad.

AleP dijo...

Fue imposible para mí, visitante de tu blog, una persona que no conoces pero que vive y padece en este inframundo, dejar de colocar otro comentario en tu blog. No sabes cuan identificada me siento contigo. No te imaginas cuanto me he reído.
Creo que te dejaré la dirección de mi blog aunque aún no pensaba mostrarla, pero realmente tu blog está muy bueno. Gracias por tener público este blog. He leido varios blog esta semana que tienen comentarios similares a los tuyos.
Saludos de una inframundana.

Transeúnte de inframundos dijo...

Alep muchas gracias por tus comentarios. Saludos para ti